Así empezó todo. Somos una pareja amantes de los peluditos. El que ahora es mi marido siempre había querido ser veterinario pero la vida le llevó a la medicina . Ahora parece haber conseguido volver a su esencia.
Lo cierto es que desde que nos conocimos las fotos de Caniches Toy llenaban nuestro whatsapp. Él tenía un Gran Danés y no quería otro perro y menos uno pequeño. Al final le convencí. Justo cuando empezamos a vivir juntos llegó el mejor regalo de mi vida: Nuestro primer Nilo.
Nos enamoramos de él descubrimow la magia de tener un perro que no manchaba ni soltaba pelo, que podíamos llevar a jugar con nuestro ahijado alérgico, que era tan listo como para aprender nuestros horarios y esperarlo junto a la puerta... Se enamoró de él.
Cuando Nilo cumplió un año llegaron los problemas. No sabéis lo que lloramos.
Nuestro perrito empezó a tener muchos problemas, tantos que murió.
Justo estábamos en Miami por trabajo cuando cuando el tumor de Nilo se manifestó. Los veterinarios allí realizaron de inmediato un completo análisis genético y descubrieron que tenía un alto grado de consanguinidad. No entendíamos cómo era posible, ni nosotros ni el criador al que le compramos a Nilo. Tenía pedigree y un certificado que indicaban que no tenía problemas genéticos comunes, como alteraciones oculares o de cadera. El problema radicaba en que en su línea de ascendencia había una excesiva endogamia, es decir, sus padres o abuelos eran familia entre sí.
En España, es poco común que los criadores realicen pruebas genéticas completas, generalmente se limitan a pruebas básicas y los errores en la paternidad real de los cachorros condena la descendencia a futuro. El pedigree se basa en una declaración responsable, y aunque la mayoría de los criadores son excelentes, siempre pueden existir errores involuntarios. Un machito puede dejar embarazada a una mami en un abrir y cerrar de ojos, e incluso puede haber una monta de cada perrito y que fecunde cada uno un óvulo, con lo que nacería un hijo de cada papi. Es esencial saber eso porque sino a futuro cruzaremos familia sin saberlo, con los problemas que ello genera.
Tristes y resignados nos pusimos a estudiar, nos dimos cuenta de que la única forma de evitar la temible endogamia era hacer test genético. Por los perritos y por los futuros duelos. Al final decidimos volvernos locos. Nuestra familia no lo entendía nuestra vida era perfecta, pero si se nos mete algo en la cabeza...
Queríamos asegurar que nadie sufriera como nosotros, queríamos un lugar ecológico, en la naturaleza, donde los animales fueran felices.
Queríamos que los perros fueran preciosos, pero sobre todo, queríamos que estuvieran super sanos. Nos hemos recorrido el mundo. Hemos traído nuestros papis de Japón, de Corea del Sur, de Miami, de Canadá, de Londres y de París.
Al final van a vivir contigo veinte años, los vas a querer, los vas a echar de menos y queremos que los disfrutes al máximo y que sólo llores de risa y de alegría con ellos. En estos años hemos aprendido muchísimo, y lo que nos queda. Queremos dar millones de gracias a todos los criadores del mundo que nos han ayudado, que nos han enseñado. A los laboratorios genéticos que han sufrido nuestra insistencia, que decían que eso no existía, y que han conseguido con esfuerzo que existiera hasta el punto de crear un banco de perfil genético de nuestros peluditos.
Millones de gracias por querer leer nuestra historia y por querer que seamos parte de vuestra familia.